Lis Franco: “Cada vez que hacía una pregunta o escribía una línea sabía que no podía fallar”

>> “He sido una persona privilegiada”, admite esta periodista deportiva a la que su vinculación previa con el deporte le sirvió para allanar el camino.

>> Matiza que, como contrapartida, ha sentido “una carga de responsabilidad tremenda por ser mujer”. “Sabía que no era lo mismo un fallo mío que el de un compañero”.

>> “La mayoría de los periodistas son unos ignorantes al respecto del deporte femenino”, asegura con rotundidad.

 

Lis Franco en las II Xornadas do Deporte feminino en A Coruña /FOTO: SABELA MOSCOSO

Silvia Carregal

Hija de unos de los peloteros de la mítica Orquesta Canaro del Dépor de los 50, ese grupo que, antes del SuperDépor, hizo al club coruñés subcampeón de Liga allá por la campaña 49-50; futbolista delantera del Karbo, equipo que se alzó ganador de cinco Campeonatos de España y desde hace años periodista deportiva. Lis Franco lleva el deporte marcado a fuego en la piel.

 

Palmarés desde la cuna…

Algo de disposición sí que había, lógicamente, porque en mi casa, además de la carrera de mi padre, estaba la fan que era madre. Casi le gustaba el deporte más a mi madre que a mi padre, curiosamente. No sé si el palmarés, pero el gusto del deporte, sí.

Y con ese currículum como futbolista ¿alguna vez llegó a cobrar por jugar?

No. Con la Selección Española había dietas y esto fue lo máximo que percibí del mundo del fútbol. Lo que sí recibíamos eran muchos detalles por parte del entrenador en el Karbo. Yo recuerdo que las primeras botas que tenían la lengüeta por fuera para que no te perjudicasen los cordones las tuve yo, cosas de este tipo, como balones que nos permitían entrenar mejor. En ese aspecto sí, tuve muchos detalles y muchos mimos pero dinero, no.

¿Se llegó a plantear cuánto habría ganado si fuese chico?

Nunca me planteé lo que habría ganado, pero sí me planteé lo que hubiera disfrutado. No sé si hubiese sido profesional, pero mi gran pena era cuando yo jugaba con chicos y ellos iban a hacer las pruebas con el Deportivo o cuando estaba en Barcelona veía como la gente iba a hacer las pruebas al Espanyol o al Barcelona. Recuerdo que cogieron en el Barça a uno de los chicos que jugaba conmigo. Eso para mí era imposible. Ya no es que diera el nivel o no, es que no podías acceder a aquellas pruebas jamás.

¿Fue el periodismo el modo que la vida le presentó para ganarse las habichuelas sin dejar el deporte?

Sí, la verdad es que sí. Yo estudié Derecho por interés familiar. Pero enseguida me di cuenta de que no me gustaba. Curiosamente, mi padre tenía buenos amigos en la prensa, recuerdo un periódico que se llamaba Riazor en el que mi padre hacía una crónica de los partidos del Dépor cuando, en realidad, quien estaba detrás de aquella crónica era yo. Ahí empecé haciendo mis primeros pinitos siendo muy jovencita. Incluso muchas veces sin ver los partidos, me los contaba mi padre que sí los había visto y yo le hacía la nota.

Yo me sigo sintiendo deportista, aparte de por mis pachangas de fútbol o de padel semanales, por ser periodista deportivo.

Redactora en El Ideal Gallego, corresponsal de Marca, locutora y redactora en Radio Voz, presentadora de espacios deportivos en TeleCoruña y Localia Coruña, y ahora empresaria con la productora Meiga Audiovisual, con la que llegó a producir Cancha Junior, un espacio centrado en el deporte base y ahora…

Durante tres años, estuvo en antena en Localia Coruña Cancha Junior. Luego tuvimos que dejar de hacerlo. Me embarqué en el mundo del pádel y ahora hacemos para la G2 el espacio que se llama Quéro Pádel. Además, hacemos otros trabajos que no son deportivos, pero para mí es especial cuando podemos hacer algo relacionado con el deporte.

¿Se atreve a contarme en una palabra lo que cada uno de esos medios significó para su carrera?

El Ideal Gallego supuso para mí la “confirmación” de que era por donde podía ir. De mi paso por Marca diría “mentira”; de la Voz, “decepción”; de TeleCoruña, “inicio” y de Localia Coruña quizás “consolidación”. Ahora ya en mi productora, Meiga Audiovisual, “trabajo para tener trabajo”.

¿Como profesional de la información deportiva le hicieron sentirse alguna vez fuera de lugar?

Creo que he sido una persona privilegiada. Por el hecho de que mi padre fuese futbolista, el hecho de que yo jugase al fútbol. No sé si jugaba bien o mal, pero incluso la gente que no me había visto se creía que lo hacía bien. Siempre me han puesto por encima de la realidad seguramente. Llegar al Deportivo contando con cierto respeto de algunos compañeros, del presidente, de la directiva… eso me ayudó. Puntualmente, seguramente algún futbolista nos hace sentir fuera. Lo que sí me dio el ser mujer es una carga de responsabilidad tremenda. Cada vez que hacía una pregunta o cada vez que escribía cualquier línea, sabía que no podría fallar. Que no era lo mismo un fallo mío que de un compañero.

¿Es la información deportiva todavía un coto masculino o solo hay que atreverse después de que gente como usted y otras muchas nos hayan abierto camino a las que veníamos detrás?

Yo es que creo que somos poco agradecidos. Nos creemos islas y creemos que nos vamos a comer el mundo, y cuando vamos teniendo cierta edad nos damos cuenta de que en todas las facetas de la vida ha habido gente que ha trabajado, ha sufrido y se ha sacrificado antes. Me he encontrado con algunas chicas del periodismo deportivo de las que me he encontrado a millones de años luz de distancia y no creo que hubiese sido por mí, porque siempre he estado abierta a ayudar como lo hicieron conmigo, no otras chicas, por que no las había, pero sí compañeros. Ya no digo un consejo, que no soy quién, pero sí una charla. Pero, sin embargo, a muchas de las mujeres jóvenes que vinieron detrás no las vi cercanas a mí, ni con interés de hacerlo y eso que hemos compartido tertulias.

¿Está el deporte femenino maltratado por los medios?

Absolutamente. Creo que la mayoría de los periodistas son unos ignorantes al respecto del deporte femenino. Pero no lo hacen por maldad, lo hacen por ignorancia. Por ejemplo, en un periódico aún te da tiempo a elaborar la información, pero en radio escuchas entrevistas a mujeres deportistas y dan vergüenza, te estás dando cuenta de que el locutor de turno no tiene ni idea de lo que está hablando. Pregúntale a José Ramón de la Morena el nombre de cuatro jugadoras de la selección española de fútbol, no te sabe decir ni el primero. Es ignorancia pura. Ignorancia porque no les interesa, porque no hay respeto. Pero igual que no se le da importancia al deporte de base o al minoritario. Es una vergüenza.

Yo, ahora mismo, estoy a años luz porque puedo hacer otro tipo de periodismo, todo esto no ha llegado aún al pádel. Estoy totalmente en contra del periodismo deportivo que se está haciendo.

¿Nos quedamos en la anécdota cuando hablamos de deporte femenino?

Totalmente. Ya el típico titular de siempre como “Ellas también pueden”, parece que no se ha evolucionado. A través de Mudegá hicimos un estudio sobre la información deportiva en varios periódicos, tanto deportivos como generalistas: estaban Marca, As, Diario de Pontevedra, La Voz de Galicia… y el resultado fue que la información deportiva sobre chicas representaba un 2,3%. Y en ese 2,3% se incluían noticias tipo: la novia del futbolista de turno, los gemidos de fulanita cuando le pega a la pelota, etc. Casi la peor información sobre deporte femenino era la de los periódicos deportivos.

Tú busca las diez noticias más vistas en una web y de esas diez verás como te salen cosas como: escándalo sexual en no sé donde, la novia de no sé quién más ligerita de ropa que nunca… y eso está entre las diez más leídas, con lo cual hay también un matiz educacional, está claro.

¿Al proponer un tema con la mujer como protagonista en el deporte, ha tenido que escuchar alguna vez de sus jefes como periodista “eso no interesa”?

Sí, muchas veces, claro. El deporte femenino sale puntualmente y si puede ser asociado a una polémica. Entonces sí. Muchísimas veces he escuchado eso de “no interesa”. Es una lucha constante, porque además te das cuenta de que si no lo planteas tú, no lo va a plantear nadie.

¿Cuando ve que una mujer llega a ser noticia en los informativos deportivos por ser pareja de alguien y no por ganar una competición, qué sensación se le queda?

De decepción. Ya no tanto de que hay que seguir trabajando, lo cual es obvio, sino de que qué pena que perdemos el tiempo y sobre todo de cara a la gente joven. Aún hay niñas que no pueden jugar en el patio del colegio. Y eso es fruto de todas estas cosas, de la falta de respeto.

Pongamos un ejemplo: tú entras en una pista de padel, a la derecha tienes a los cuatro matados, en el buen sentido, que empezaron hoy a jugar por primera vez y aún no tienen ni idea. Y a la izquierda cuatro chicas que son de primera categoría gallega, que tampoco es que sean la bomba pero ya saben jugar. Bueno, pues la gente se pone a ver el partido de los chicos; obviamente, no todos, estoy generalizando, pero lo veo muy a menudo.