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Pili Neira: “En las gradas de los partidos de la Irmandiña tienen que tener cabida todos, tengamos la ideología política que tengamos”

Xuño 28, 2011

Pilar Neira en una entrega de premios / FOTO: SABELA MOSCOSO

 

Silvia Carregal

Empezó a jugar al fútbol en el barrio con los chicos. ¿Le dejaban participar de buena gana?

Me me dejaban jugar, nunca tuve problemas con los niños. Los vecinos me conocían como Manoliño por qué jugaba al fútbol con los niños en lugar de jugar con las niñas y las muñecas.

 

Aunque su mayor fama llega de la mano del fútbol también ha jugado al balonmano y de hecho es presidenta del Club Balonmano Coruña…

Jugué al balonmano 19 temporadas, prácticamente toda la vida con Tito Villar Pispieiro. Conseguimos un ascenso a la División de Honor, que no jugamos por falta de dinero. Compaginaba los dos deportes mientras pude.

 

En los ochenta fue una de las cuatro primeras mujeres en sacar el título de entrenador nacional. ¿Quiénes eran las otras tres y qué fue de ellas?

Era la primera vez que la Federación Española permitían que nos presentáramos las mujeres. Yo tenía unos 17 años. Nos presentamos cuatro chicas, las cuatro del Karbo, Inma Castañón (la primera capitana de la Selección Española), Manola, que era de Pontedeume y Teresa que era de Betanzos. Ninguna llegó a entrenar después. Solo yo. En Galicia se retrasó un mes el curso y eso supuso que fuésemos las primeras de España, por qué en las otras comunidades ya habían cerrado la inscripción.

 

¿Cómo vieron la llegada de cuatro chicas los compañeros de clase?

Tengo muy buen recuerdo de aquella época. Recuerdo mucho a José Luis Vara (que ya falleció) ya Jorge, el portero. Los dos habían sido jugadores del Deportivo. Fueron compañeros de ese curso coincidimos con ellos, nos trataron muy bien. Pienso que nos aceptaron estupendamente.

 

Entrenó hombres y mujeres. ¿Encuentra diferencias en aspectos técnicos o de manejo de grupo?

Técnicamente no tenemos nada que envidiarles las mujeres a los hombres. Nada. La fuerza es lo que puede diferenciar el fútbol masculino del femenino. Eso sí, en el manejo de grupo es todo distinto. La diferencia es abismal. Nosotras somos un poco más complicadas. Por ejemplo, en un equipo si tienes tres jugadoras en contra, tiran de sus amigas y te complican la vida.

 

Qué recuerdos destaca de su palmarés como adiestradora?

Tengo muy buen recuerdo del primer partido de la Selección Gallega, aunque perdemos contra Cataluña en el Estadio de Balaídos (Vigo). También de uno de los Campeonatos de España con los chicos que jugamos en Belnamádena, había sido un partido complicadísimo, pienso que de 1.000 partidos me los ganaría uno, y ganamos. No sé por qué siempre tengo presente ese partido…

 

Y como jugadora, cuéntenos una memorias que tenga presentes?

Una final de la época en la que jugaba en el Karbo. Perdimos el torneo Siete Naciones. Jugábamos en Francia con el Borussia. Habíamos perdido 2-1, y no me digas por qué tengo tan presente ese partido. Recuerdo como fueron los goles, todo …

 

El conocimiento de su figura por los medios y el gran público llegó cuando la nombraron adiestradora de la Selección Gallega Femenina de Fútbol. ¿Quién la llamó para contárselo y que se le pasó por la cabeza el conocer la noticia?

A mí me lo habían comentado desde la Federación Gallega de Fútbol un par de meses antes de que se hiciera público. Pero no podía decirlo nada hasta que lo comunicase la Xunta de Galicia. La verdad fue una sorpresa. De repente todos los medios de comunicación comenzaron a llamarme. Yo era una persona completamente desconocida y a partir de ahí empieza a conocerse un poco quién es Pilar Neira. Dentro de la poca visibilidad que tenemos las mujeres la mía vino toda a raíz de que sea nombrada seleccionadora gallega.

 

¿El sentimiento que acompaña a la Irmandiña beneficia o perjudica al equipo? Lo digo, porque a veces se vincula en exceso a una posición política que no todos comparten…

Parte de los motivos de que la Irmandiña no había tenido continuidad fue por la grada. Yo estuve con los Siareiros en los dos partidos no oficiales que se jugaron, y puedo decir que son gente maravillosa. Tienen su forma de pensar, no todos pensamos igual. No todos son independentistas. Pero sentirse orgulloso de la Irmandiña no tiene por qué significar ser independentista. Yo lo tengo muy claro. De no haber manifestaciones antes de los partidos es posible que no se hubiesen metido tanto con la selección, pero también es cierto que si esta gente no hubiese estado en las gradas puede que no hubiese habido tanto apoyo, porque ellos son los que realmente se sienten más orgullosos de la Irmandiña. El fútbol, tiene un efecto sobre la ciudadanía tremendo. El deporte en sí, es uno de los mejores vehículos para unir sentimientos, pienso que el hecho de tener una selección propia, tiene que servir para unir, nunca para separar. La selección, es un privilegio que a ninguna nación debería robársele, porque es un momento único para luchar por unos colores, una lengua y una filosofía de vida. En las gradas de los partidos de la Irmandiña, tienen que tener cabida todos, tengamos la ideología política que tengamos.

 

¿Tiene sueldo el puesto de seleccionadora gallega?

No. Yo no cobro ni un duro. Ni los desplazamientos. Los hago en mi coche por mi cuenta. Todo se hace de una manera altruista. Lo hago por sentimiento, porque es un honor grandísimo estar en este puesto. Debo darle las gracias a la Federación Gallega de Fútbol por la confianza que deposita en mí. Espero no defraudar.

 

 

Perfil de Pilar Neira (Londres, 1963)

Con el deporte por bandera

La seleccionadora de las irmandiñas de las modalidades de fútbol grande y fútbol playa tiene 48 años y lleva toda la vida vinculada al deporte. Jugó 19 temporadas al balonmano, pero se le conoce principalmente por su aportación al deporte rey. Fue una de las jugadoras del mítico Karbo que puso a A Coruña en el mapa del fútbol femenino y por la puerta grande.

Nació en Londres pero de modo accidental porque ser, es gallega por los cuatro costados. Creció enel barrio coruñés de Os Maios, donde acostumbraba a jugar con los chicos al fútbol y no con las chicas a las muñecas. “Me llamaban Manoliño”, bromea entre recuerdos.

Posee suficiente carácter para no tener miedo a los desafíos. Su defensa de la continuidad en el juego de los combinados gallegos, al menos una vez al año, fue contundente. Muchos, incluso ella, pensaron que hacer tanto ruído podría haberle costado no seguir al frente de la Irmandiña si algún día la Irmandiña volvía a competir, pero no fue así. Al contrario, su premio fue doble. Ahora entrena a la selección gallega femenina de fútbol grande y a la de fútbol playa. Con las futbolistas de la arena viaja a Cataluña el 30 desde Santiago de Compostela para jugar el campeonato estatal en Roses (Girona).

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